Tic tac, tic tac, se escucha un reloj…
Sonido sordo que retumba en una habitación,
cada segundo más fuerte y a cada instante más ensordecedor,
Tic tac, tic tac, sin parar, ni dar descanso;
avanza cada segundero arrasando.
En la habitación no se escucha nada más,
pareciera que nada más existiera, pero eso no es así;
atrincherados están dos seres que ni respirar quieren,
Tic tac, tic tac, la hora señalada llegará.
Cruzan sus miradas llenas de lágrimas, repletas de soledad.
Sin mucho que hacer, los dos amantes se toman de las manos,
Uno le dice al otro: “¡corre!” pero no pasa nada…
Tic tac, tic tac, se escucha el reloj avanzar.
“No hay a donde ni porque escapar”, contesta, abrazando a su pareja.
En la calle se pueden escuchar las sirenas que se acercan,
Ambos se abrazan y saben que pronto está el final.
Al ritmo del tic tac, tic tac, bien calibrado;
de un momento a otro todo habrá terminado.
La habitación, de un estallido, todo acaba en una hoguera,
¡Todo consumido por ese fuego que parece una fiera!
De los dos amantes no queda más que su amor.
Y un reloj roto que dejo su caminar, para darle paso a la destrucción.
FIN